Hacer jabón en polvo para la lavadora es un proceso sencillo que se puede realizar con ingredientes básicos que seguramente ya tienes en casa o que puedes conseguir muy fácilmente. Esta fórmula (mejorada) es la que uso actualmente y funciona de maravilla.
Verás que es muy fácil, efectivo y económico!
Ingredientes
1 parte (por ej. un vaso) de bicarbonato de sodio
1 parte de percarbonato de sodio
2 partes de jabón rallado (puedes usar cualquier tipo de jabón, incluso restos de jabones que tengas en casa)
1 parte de detergente comercial para la lavadora
Opcional (para aguas duras): añadir 1 cucharadita de ácido cítrico en el cajetín de la lavadora, junto con la mezcla del jabón en polvo
Limpia, desengrasa y da brillo a todo tipo de superficies. Económico y no tóxico, se utiliza como polvo desengrasante para limpiar lavabos, duchas, encimeras, azulejos…
Neutraliza los malos olores en la basura, el frigorífico, los zapatos o los armarios.
En aguas duras, aumenta la eficacia de los jabones naturales, previniendo la formación de incrustaciones por cal.
En la limpieza de la ropa (a mano o en la lavadora) aumenta la eficacia de los jabones naturales. También se puede usar como tratamiento previo para eliminar manchas difíciles de las telas.
Puede usarse directamente sobre una esponja húmeda, o bien diluido en agua.
Es también un insecticida orgánico (hormigas, pulgones, arañas rojas y otros insectos). Disolver 1 cucharadita de bicarbonato de sodio en 1 litro de agua. Rociar las plantas con esta solución acuosa.
El bicarbonato de sodio es un producto barato que te permite realizar muchas tareas ahorrando dinero y evitando contaminantes en el hogar que luego van a parar al medio ambiente.
Aquí tienes algunos usos poco conocidos del bicarbonato
Limpia hornos: deshazte de la grasa acumulada en el horno sin frotar y evitando productos que contaminan e impregnan con su olor a las comidas. Simplemente echa un poco de bicarbonato en el horno, rocíalo con agua para que se humedezca bien y déjalo actuar un par de horas. Luego enjuaga con vinagre para evitar que se forme una película blanca.
Desodorante de alfombras: los olores parecen aferrarse a las alfombras y la mayoría de los productos no los eliminan, sino que tratan de cubrirlos y así su perfume se suma al olor del vómito del gato o al del tabaco. En cambio el bicarbonato sí elimina los olores. Para ello espolvoréalo abundantemente y déjalo durante toda la noche. Por la mañana, primero barre y luego pasa el aspirador para eliminar lo que haya quedado.
Limpia frutas y verduras: el bicarbonato te permite limpiar frutas, verduras y hortalizas mejor que algunos productos creados específicamente para ello y elimina además los pesticidas. Echa unas cuantas cucharadas de bicarbonato en un bol de agua fría y mete allí las frutas y verduras durante cinco o diez minutos. Puede que necesites un cepillo para frotar las patatas o el apio.
Lavavajillas: el bicarbonato te ayudará a eliminar la suciedad pegoteada en platos y cacerolas, si primero los sumerges en agua jabonosa y luego lo espolvoreas sobre las zonas más difíciles. También puedes usarlo en el lavajillas para que limpie mejor y eliminar olores.
Desodorante para calzado: vierte unas cucharadas de bicarbonato en un filtro de papel para café o en un pañuelo de papel, ciérralo con una goma y mételo en el zapato o zapatilla con toda tranquilidad porque no daña ni siquiera los materiales más delicados, como la gamuza.
Elimina el olor a humedad de los libros: el moho puede prosperar en viejos libros, fotos y algunas otras cosas, provocando un olor característico y muchas reacciones alérgicas. Para eliminarlo, mete los libros en un contenedor hermético junto con un recipiente con abundante bicarbonato. Alternativamente, puedes echar bicarbonato directamente sobre los libros y luego quitarlo con un cepillo.
Quitamanchas: el bicarbonato sirve para eliminar manchas de grasa, aceite y vino. Para ello, espolvoréalo sobre la mancha, déjalo un rato y, si es necesario, frota con una pasta de bicarbonato y agua. Muy útil sobre todo en alfombras y sillones.
Limpia metales: un paño húmedo con un poco de bicarbonato hace brillar al cromo y al acero inoxidable. Y con un poco de limón, también al bronce. Para dejar la plata impecable, si se trata de piezas pequeñas, como anillos o pendientes, basta cubrirlas con bicarbonato o agitarlas en un recipiente con bicarbonato. Pon las piezas de plata más grandes sobre un papel de aluminio en el fondo de una cacerola y agrega un litro de agua hirviendo en el que habrás echado un cuarto de taza de bicarbonato y tres cucharillas de sal. Cubre la cacerola y deja actuar unos segundos.
Limpieza de muebles de plástico o resina: hasta los productos creados específicamente para limpiar los muebles de plástico o resina del patio o jardín pueden rayarlos. Mejor límpialos con una esponja húmeda con bicarbonato que disolverá la suciedad sin rayarlos.
Elimina los olores de caca de gato: echa bicarbonato en la caja donde el gato hace sus necesidades y eliminarás sus olores.
Promovido y sufragado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para preservar, mantener y fomentar los conocimientos tradicionales de interés, transmitidos oralmente a través del tiempo en el mundo rural y que corrían el riesgo de perderse, para colaborar en la conservación y el uso sostenible del patrimonio natural y la biodiversidad.
Este inventario recoge conocimientos tradicionales recopilados a partir de entrevistas in situ a informantes locales.
A lo largo de los capítulos de esta publicación, se realiza una aproximación a los conocimientos tradicionales, su importancia y el estado actual de su estudio en España, se explica en detalle la metodología seguida para generar el inventario y se presentan 55 fichas de inventario cuya finalidad es divulgar el importante patrimonio etnobiológio de España para conocerlo y preservarlo.
Los conocimientos tradicionales relativos a la biodiversidad
“Conjunto de saberes, valores, creencias y prácticas concebidos a par tir de la experiencia de adaptación al entorno local a lo largo del tiempo, compar tidos y valorados por una comunidad y transmitidos de generación en generación…”
Este inventario pone de manifiesto la importancia de los conocimientos tradicionales para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, y consecuentemente el interés por preservar, mantener y fomentar estos conocimientos. Asimismo, establece las bases fundamentales del inventario de conocimientos tradicionales que promueve la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, e incorpora para ello las fichas correspondientes a aquellos asociados.
La agricultura biológica es un concepto diferente de la actual agricultura industrial. No es una nueva técnica agrícola ni es algo restrictivo o retrógrado, ni es una agricultura “tradicional”, poco productiva y agotadora de los suelos. Por el contrario, es creativa, científica y avanzada y permite la solución de graves problemas ambientales, sanitarios y sociales, producidos por el desequilibrio que supone la
desaparición de la verdadera agricultura y los agricultores. Al no usar agroquímicos, ahorra dinero al productor, que utiliza para la fertilización los subproductos de la finca, con lo que evita además que contaminen.
Ahorro también individual y colectivo, de maquinaria pesada y combustibles y de los recursos y contaminaciones consiguientes. Mejora la salud de productores y consumidores al evitar biocidas y otros productos tóxicos, y mejora la calidad alimentaria. Conserva y amplía la variedad de plantas cultivadas que los agricultores han sabido utilizar para mejorar suelos y proteger cosechas. Es ecológicamente beneficiosa, al respetar las especies silvestres animales y vegetales que conviven
alrededor de los cultivos.
En este libro aprenderemos sobre planificación, cuidados, compostaje natural, uso de algas en la huerta, germinado, asociaciones de cultivos, uso de las “malas hierbas”, control de plagas…
Hemos llegado a un punto en que es cuesta un poco descubrir qué hay dentro de lo que nos comemos.
Todo es tan falso y tan tramposo que nada es lo que parece. Un ejemplo. Confundimos los productos con fresa con engendros que tienen color fresa y que huelen a fresa. Pero vamos a entrar en su interior y conoceremos los detalles.
Cuando le damos un yogur de fresa a nuestros hijos, lo que en realidad le estamos dando es una pócima que huele a fresa. No porque lleve fresas, sino porque lleva un aromatizante químico cuya composición es: acetato de hexilo + acetato de etilo + hidroxilfenilbutan + hidroxidimetilfuran + alcohol bencílico, denominado legalmente “aroma natural de fresa”.
Al mismo tiempo, esta pócima tiene color fresa porque lleva el colorante E-120 que se obtiene del aplastamiento de un insecto (la cochinilla), parásito de algunos cactus. Este colorante E-120, también denominado carmín, ácido carmínico, o rojo natural 004, está presente en multitud de productos alimentarios: yogures, helados, golosinas, bebidas, pastelitos, embutidos, carne fresca o cualquier cosa que tenga color rosa o rojo. A menudo es presentado como “colorante natural”, ya que no se trata de una sustancia química fabricada en un laboratorio, sino de un animal perteneciente a la propia naturaleza: la cochinilla es el insecto Dactylopius coccus.
Por eso es importante informarnos para saber qué es lo que estamos comiendo en realidad.
Cada vez somos más los que leemos las etiquetas y preferimos consumir productos orgánicos y alimentos bio, como los que encontramos en tiendas de dietética o en supermercados ecológicos como Supersano, donde encontramos panadería (sin conservantes, colorantes ni transgénicos), frutas y verduras (sin herbicidas, pesticidas ni fertilizantes químicos), lácteos y huevos (sin piensos artificiales ni residuos industriales), carne y embutidos (sin antibióticos ni hormonas de crecimiento), etc, etc, etc…
Y es que cuando consumimos productos orgánicos estamos comiendo alimentos auténticos, sin trucos, sin engañosos colorantes artificiales, sin tramposos aromas químicos.
Pronto llegará la primavera y empezaremos a hacer esquejes, tanto para nuestra terraza o jardín, como para el huerto. Los esquejes enraizan mucho mejor si añadimos un enraizante. Pero no hace falta comprar ningún producto químico, ya que podemos hacerlo en casa de una forma sencilla y rápida (y de paso ahorramos unos dinerillos…).
Antes se decía que para que yuviese éxito un esqueje se tenía que sembrar junto a el, una o dos lentejas. La explicación es debe a las auxinas, unas fitohormonas que son un elemento clave para estimular el crecimiento de las raíces.
A las grandes empresas productoras de transgénicos no les interesa que el público sepa demasiado bien qué son los transgénicos. Sin embargo, por el bien de nuestra salud y la del planeta, debemos buscar y analizar información rigurosa sobre sus efectos.
Qué son los Transgénicos
Aunque no nos gusta posicionarnos en ningún extremo y siempre tratamos de escuchar las distintas posturas de un conflicto, el documental “El mundo según Monsanto” de la periodista francesa Marie Monique Robin (que ha recibido numerosos premios de prensa y excelentes críticas internacionales y que puedes ver ahora en el video que hemos insertado más abajo) o el libro La verdad sobre los transgénicos, de la ex ministra francesa Corinne Lepage, ofrecen tantos datos y entrevistas tan reveladoras, que hacen que mostremos serias dudas con respecto a la salubridad de las semillas genéticamente modificadas. Es más, conocer estos detalles nos ha provocado una gran indignación y un imperioso deseo de compartir esa información.
Los anuncios de las empresas fabricantes de transgénicos aseguran que su consumo no tiene riesgos para la salud humana, que ayudan a una agricultura más productiva y que, además, son perfectamente compatibles con la biodiversidad. Sin embargo, cada vez son más las personas expertas que, desde la ciencia o desde la política, denuncian la grave falsedad de estas afirmaciones publicitarias. Y cada vez más personas se manifiestan detractoras de estos cultivos genéticamente modificados.
Las mamás ecológicas estadounidenses o “ecomoms” son más de 51 millones de mujeres, el 69% de las madres, conforman un movimiento que está creando escuela en Europa, se apoya en una amplia red de blogs y portales de internet y mueve una cifra de mercado de 1,45 billones de dólares.
Un reciente estudio denominado “Are you Ready for EcoAware Mom ?”, llevado a cabo por EcoFocus, agencia que analiza las tendencias del mercado en el sector de la ecología, la sostenibilidad y el bienestar, muestra que los padres comienzan a percibir los productos ecológicos dirigidos a sus hijos como una oportunidad de mejorar su propia calidad de vida y como una posibilidad de dar ejemplo y otorgarle un valor añadido a la pedagogía. “Las ecomamás conforman un grupo objetivo receptivo a la sostenibilidad. Están reconsiderando sus decisiones y a menudo toman nuevas determinaciones, lo que crea un abanico de nuevas posibilidades comerciales para las empresas que ofrezcan soluciones sostenibles para la vida cotidiana“, afirma Linda Gillbert, presidenta de EcoFocus.
Probablemente sabes que el agua de mar es el 94% de toda el agua de la Tierra, que las primeras formas de vida se originaron en el mar hace unos 3.600 millones de años y que la composición del agua de mar contiene todos los elementos de la tabla periódica.
Pero tal vez lo que no sabes es que el agua de mar es muy parecida a la composición de los fluidos de nuestro cuerpo, incluso de la sangre. A finales del siglo XIX René Quinton descubrió que cuando nacemos somos más del 90% de agua, agua parecida al agua de mar. A pesar de que este sabio ayudó a curar a miles de personas, sus ideas se olvidaron hasta hace pocos años, durante los que muchas personas están recuperándolas, dando a conocer las virtudes nutricionales y terapéuticas del agua de mar, que dicho sea de paso, es el recurso más asequible y abundante de nuestro planeta.
En este video (en catalán) se rescata el legado olvidado de René Quinton.
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