El término decoupage (o découpage) tiene su origen en la palabra francesa découper, que significa recortar. Es una técnica ampliamente usada en manualidades sobre madera, cerámica, metales, velas, cartón, etc.
Podemos usar esta técnica para decorar y personalizar un jabón con trocitos de papel.
El proceso es muy sencillo y te permite personalizar cualquier tipo de jabón, ya que puedes hacerlo sobre cualquier pastilla de jabón.
Para este ejemplo necesitamos: servilletas de papel decoradas, base de jabón blanca, base de jabón transparente y alcohol.
Las bases de jabón de glicerina blanca y transparente las puedes comprar en tiendas de materias primas para cosmética natural, o bien puedes hacerlas en casa. En este ebook te explico cómo hacerlas.
Podemos personalizar cualquier jabón o restos de jabones con el método del refundido.
Básicamente consiste en rallar o cortar en trocitos el jabón, fundirlo en una mezcla homogénea, añadirle aditivos y enmoldarlo o darle forma de bola con las manos como en la foto de más abajo.
Podemos fundir el jabón al baño maría, en una olla de cocción lenta (crockpot), en el microondas o en el horno.
Si son cantidades pequeñas, suelo hacerlo en el microondas, porqué me es más cómodo y más rápido.
Para hacer jabón se utilizan dos álcalis: el hidróxido sódico NaOH (también llamado sosa cáustica o sosa) y el hidróxido de potasio KOH (también llamado potasa cáustica o potasa). Su función es la de reaccionar con las grasas para producir jabón.
El jabón potásico es el resultado de la reacción de lípidos (grasas) con el hidróxido de potasio y agua. Para obtener un jabón líquido, normalmente se saponifica en caliente y la pasta de jabón obtenida, se diluye posteriormente con agua. Si te interesa profundizar en este tipo de jabones, te puede interesar nuestro curso online de Jabones líquidos.
Hacer jabón es casi un juego, un hobby, un divertimento. Sin embargo no hay que olvidar que estamos utilizando una substancia tóxica, la sosa cáustica, que utilizada irresponsablemente puede ser muy peligrosa.
Las medidas de precaución para la sosa cáustica son las mismas que para las sustancias tóxicas, por tanto, lee las advertencias de la etiqueta y toma las medidas de seguridad oportunas (ejemplo de Ficha Técnica).
Los jabones de glicerina, también llamados de “fundir y verter” (Melt&Pour) son muy fácildes de hacer, muy vistosos y son ideales para pasar una tarde entretenida con los niños, ya que es un proceso seguro (se trabaja con una base de jabón previamente hecha, es decir, no se trabaja directamente con sosa cáustica). La ventaja es que tiene muchas posibilidades estéticas y admite grandes dosis de imaginación; además es un tipo de jabón ideal para impacientes (:-), ya que se pueden usar los jabones en cuanto se enfrían.
Las bases de jabón de glicerina las puedes comprar en tiendas de materias primas para cosmética natural, o bien puedes hacerlas en casa. En este manual te explico cómo hacerlas.
Podemos saponificar cualquier aceite o grasa (tanto vegetal como animal). Cada grasa/aceite está compuesto por varios ácidos grasos que al saponificar, confieren unas características especiales al jabón.
Mucha gente compra jabones “naturales” en supermercados o farmacias. Pero muchos de ellos contienen aditivos sintéticos, que actúan como un detergente para eliminar la suciedad. Producen mucha espuma, pero resecan la piel y pueden ser perjudiciales para nuestra salud y para el medio ambiente.
Según la FDA, “Hoy en día hay muy pocos jabones naturales en el mercado. La mayoría de los jabones, ya sean líquidos o sólidos, en realidad son detergentes sintéticos”.
El jabón natural se elabora combinando grasas o aceites (de origen animal, vegetal o mineral) y un álcali (sosa cáustica o potasa). Los productos de limpieza corporal son en realidad un conjunto de sustancias químicas como por ejemplo:
Lo que hoy conocemos como “glicerina” (INCI: Glycerin) es una substancia dulce y viscosa que fué descubierta de forma accidental en 1783 por el químico sueco Wilhelm Scheele. La glicerina atrae la humedad y como descubrió Michel Eugène Chevreul en 1823, es un subproducto del proceso de saponificación.
La glicerina es un alcohol, de sabor dulce, transparente y con una textura muy viscosa. Se obtiene mediante la saponificación de grasas animales y aceites vegetales, como un subproducto de la fabricación del jabón. La glicerina pura contiene un 99% de glicerol.
Es una sustancia higroscópica, capaz de retener y liberar agua en función de la humedad relativa del ambiente. En climas secos absorbe la humedad de la piel, pudiendo causar deshidratación (irritación o incluso ampollas). Por eso nunca debe aplicarse directamente sobre la piel. En climas húmedos absorbe la humedad del aire, por lo que la piel puede hincharse mucho.
En cosmética se añade en la fase acuosa de las preparaciones (entre un 1% y un 10%) por su capacidad humectante. Mejora la hidratación de la piel y el cabello, proporcionando un efecto protector contra la deshidratación.
Es soluble en agua y alcohol, pero no en aceite.
Se utiliza también como solvente en extractos hidroglicerinados y en la elaboración de jabones transparentes de glicerina (“melt&pour” o jabones de fundir y verter).
La glicerina en los jabones
En la elaboración de jabones naturales la glicerina permanece en el jabón (ya sea pastilla o jabón líquido) en una proporción de entre un 10% y un 13%. En la fabricación industrial de jabón, la glicerina es extraída y vendida aparte como materia de gran valor.
Existe también una glicerina sintética (propilenglicol) que es un derivado del propileno que es un producto derivado de la destilación del petróleo. No es difícil encontrar glicerina en las droguerías o tiendas de suministros de materiales cosméticos. Aunque la calidad de la glicerina no depende de que su origen haya sido vegetal, animal o sintético (co-producto de la fabricación de biodiesel), en la elaboración de cosméticos y la producción de jabones de calidad, se valora más la glicerina de origen vegetal.
Puede ser disuelta en agua o alcohol, pero no en aceites. Tiene la propiedad de absorber el agua del aire. Diluida en agua suaviza la piel.
La glicerina se utiliza también para fabricar jabones transparentes, que contienen alrededor de un 15%-20% de glicerina pura.
Si nos referimos a jabones sólidos, a nivel internacional son conocidos como “Melt & Pour soaps” (jabones de fundir y verter). Son muy fáciles de hacer por lo que son ideales para hacerlos con niños. Funden alrededor de 57ªC y solidifican muy rápido. Como tienen un alto contenido en glicerina, son muy hidratantes para la piel. Sin embargo, se disuelven más rápidamente en agua que los otros tipos de jabón y por lo tanto duran menos. Una pastilla de jabón artesanal de glicerina expuesta al aire atraerá la humedad del ambiente y formará “perlitas de agua” en su superficie.
Los jabones de glicerina son especialmente beneficiosos para pieles sensibles como la de los niños.
Sin lejía no hay jabón, pero… no hay lejía en el jabón!
Cuando hablamos de lejía, los principiantes se asustan un poco “¿lejía? Pero si es tóxica!”. Y nos viene a la mente el recuerdo de nuestras abuelas con las manos enrojecidas por el uso de jabón.
Pero si has usado alguna vez un jabón natural sabes que es suave e hidratante. Si se utiliza lejía para hacer el jabón,¿cómo es posible que ese jabón sea tan bueno para la piel? Parece una contradicción ¿verdad?.
Ciertamente la lejía estaba, pero cuando ha terminado el proceso de saponificación, la lejía ya no está.
Parece mágico, pero en realidad no es más que un proceso químico. Cuando combinamos el aceite con la lejía, ésta se transforma y desaparece durante el proceso de saponificación. La reacción química que llamamos “saponificación“transforma elaceitey lejíaen jabón (aprox 90%) y glicerina (aprox.10%).
Eljabónlimpia la pielylaglicerina que es un humectante, atraela humedad del airesobre la piel, ayudando a mantenerlahidrataday flexible.Así queno tengas miedo a elaborar y usar tu propio jabón y disfruta de todos sus beneficios
A veces mis alumnas me dicen “…pero el jabón que compro en la tienda no tiene lejía.” Y es cierto, ya no tiene lejía, porqué ha desaparecido después del proceso de saponificación.
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