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Usos de la arcilla verde

Usos de la arcilla verde

La arcilla se ha considerado siempre como una “Tierra milagrosa” debido a sus interesantes usos en afecciones reumáticas, circulatorias, dermatológicas. Así, la arcilla se utiliza como componente de mascarillas y emplastos, mezclada con agua u otros componentes, para purificar, limpiar, tonificar, reparar, suavizar y nutrir cualquier tipo de piel.

Las propiedades de la arcilla se deben en parte a su composición mineral (silicio, magnesio, hierro, calcio, manganeso…), en parte al tamaño de sus partículas.

Hay numerosos tipos de arcilla, pero las arcillas más utilizadas son el caolín, la arcilla roja y la verde.

La composición mineral de la arcilla es el silicato de aluminio. Es rica en sílice, un mineral importante en el mantenimiento de elasticidad y fortaleza de la piel.

Cicatrizante y astringente, muy absorbente y elimina las impurezas de la piel.

Se comercializa en forma de polvo seco. Cuando se mezcla con agua forma un coloide hidratado (una “pasta” de mayor o menor densidad en función de la cantidad de agua añadida).

La arcilla verde

No todas las arcillas verdes son iguales… las más valoradas son las que están compuestas principalmente de illita y kaolinita, dos de los componentes más apreciados que hacen que sea muy efectiva y delicada con la piel.

La arcilla verde tiene excelentes propiedades absorbentes que le otorgan capacidad para limpiar, revitalizar y descongestionar la piel, cerrar los poros, eliminar impurezas, para drenar a través de la piel, etc. Es la arcilla más común y versátil.

Modo de empleo

Mezclar con agua de manantial, hidrolatos o agua de mar hasta obtener la pasta de la consistencia deseada, dejar reposar unos minutos para que se estabilice. Podemos potenciar sus propiedades añadiendo aceites esenciales, esencias florales, extractos de plantas, etc.

Aplicar la pasta elaborada sobre la zona a tratar directamente con una espátula. Para realizar emplastos gruesos es recomendable añadir la pasta a un soporte de tela (formando una cataplasma) y aplicarlo sobre la zona de forma que la arcilla esté en contacto con la piel.

Dejar actuar durante 30 minutos como mínimo o hasta que se haya secado completamente. Para mascarillas finas, es suficiente con aplicaciones de 20 minutos. Al finalizar, retirar el exceso y limpiar con agua.

Bea Lavado