Desde tiempos ancestrales las arcillas se han usado en afecciones reumáticas, circulatorias, dermatológicas… en mascarillas y emplastos, mezclada con agua u otros componentes, para purificar, limpiar, tonificar, reparar, suavizar y nutrir cualquier tipo de piel. Sus propiedades se deben a su composición mineral: silicio, magnesio, hierro, calcio, manganeso…
Hay muchos tipos de arcillas, algunas de las más conocidas son la arcilla blanca (caolín) y la ghassoul.
El ghassoul o rassoul es un tipo de arcilla que proviene de la mina Ghassoul, en la zona del Atlas de Marruecos. Se le atribuyen propiedades remineralizantes, tonificantes y limpiadoras. De hecho, la palabra ghassoul, proviene del árabe ghassal, que significa limpiar.