La inulina es un polisacárido de fructosa, presente en las raíces y rizomas de muchas plantas ya que su función es de reserva energética.
En cosmética, los polisacáridos son especialmente útiles por su poder calmante y suavizante de la piel y el cabello.
Retienen agua y forman una película acuosa, que mantiene la hidratación y proporciona un tacto muy suave.
Ejemplos de raíces o tubérculos que contienen inulina:
- Bardana o lampazo (Arctium lappa) 27% – 45%
- Agave (Agave spp) 16% – 25%
- Enula o helinio (Inula helenium)
- Ñame o yam (Dioscorea spp) 19% – 20%
- Topinambur o papa de Jerusalén (Helianthus tuberosus) 14% – 19%
- Diente de león (Taraxacum officinale) 12% – 15%
- Achicoria (Cichorium intybus) 10% – 15%
- Ajo común (Allium sativum) 9% – 16%
- Yacón (Smallanthus sonchifolius) 3% – 19%
- Alcachofa (Cynara scolymus) 3% – 10%
Podemos usar la inulina como activo en nuestros potingues faciales y corporales (cremas, leches…) y productos para el cabello (champús, acondicionadores, mascarillas… )
Inulina en productos para el cabello
La inulina es especialmente interesante para el cuidado del cabello, ya que es un acondicionador natural no iónico. Aporta suavidad y brillo.
La encontrarás en tiendas especializadas con el INCI: Inulin
En productos sólidos con aclarado (ej. champú sólido), podemos usar hasta un 5%, mezclándola sin diluir con el resto de ingredientes de la fórmula.
En productos sin aclarado o emulsiones (ej. acondicionador), la dosis recomendada es del 1% al 2% del total de la preparación. La añadiremos diluida en la fase acuosa al final de todo (fase termolábil, temperatura inferior a 50º)
Mercè Castells
Autora del Manual de Cosmética Natural DIY y tutora de los cursos online: