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Ingredientes sofisticados en las recetas de cosmética

La cosmética convencional suele incluir ingredientes activos con funciones varias para aumentar la hidratación, la firmeza o reducir las arrugas. Estos ingredientes suelen provenir de fuentes naturales, en la mayoría de los casos. En otros casos el origen puede ser sintético.

Este artículo versa sobre la alternativa más natural para conseguir dichos activos: formular nuestros cosméticos con la fuente original. Esto puede que no sea tan efectivo a corto plazo, pero permite resultados equilibrados, asequibles y continuados a largo plazo. Entre los más utilizados encontramos:

Ácido hialurónico (AH)

Se trata de un polisacárido complejo del grupo glucosaminoglucanos (GAG). Lo generan organismos vegetales, animales y fúngicos. Está formado por la unión de aminoazúcares y ácidos urónicos. Tiene facultad hidrófila y puede retener grandes cantidades de agua.

Con una función estructural en la mayoría de los organismos, en los humanos permite generar estructuras de soporte en las articulaciones, cartílagos o la piel. Pero está presente en la matriz extracelular, siendo un elemento importante en la estabilidad de tejidos.

Se extrae de fuentes animales, principalmente, crestas de gallos y esternón de pollo.

PROPIEDADES EN COSMÉTICA

  • Hidratante, debido a su capacidad altamente hidrófila, puede retener 100 veces su peso en agua.
  • Demulcente o protector en la piel (al hincharse con el agua, permite lubricar la piel o las mucosas).
  • Cicatrizante y antiarrugas, reconstituye las fibras que sostienen el tejido epidérmico, favorece la formación de colágeno y alisa los pliegues subcutáneos (arrugas).
  • Antioxidante, antirradicales libres.
  • Desensibilizante.
  • Reductor de cicatrices.
  • Se ha utilizado tanto tópico como en infiltraciones mesoterápicas.

La alternativa natural al ácido hialurónico es el hialuronato de sodio, proveniente de cultivos biotecnológicos de hongos, con idénticas propiedades. Se puede encontrar en laboratorios de terapia ortomolecular, como Solaray, Health Aid, etc., en los que se especifica su procedencia fúngica.

También los polisacáridos heterogéneos provenientes de algunas plantas como las flores de malva, raíz de malvavisco o semilla de sen, permiten una buena alternativa. Aunque no cumplen exactamente la misma función, sus polisacáridos pueden ser útiles para la hidratación y descongestión de la piel. Hay algunos estudios muy interesantes sobre la malva y el sen en los que se concluye que sus extractos ricos en polisacáridos también presentan efectos antiarrugas y reafirmantes.

Ácido salicílico

Su función queratolítica permite obtener efectos exfoliantes, por ello se utiliza en estética para el tratamiento del acné, psoriasis, verrugas, piel de gallina o callosidades. Así como en champús para la caspa.

Al facilitar la eliminación de células muertas superficiales en la piel permite reducir la formación de comedones y de poros obstruidos en el acné, o bien suavizar la piel escamosa o engrosada en la psoriasis.

El ácido salicílico para uso cosmético convencional se produce por síntesis, pero la fuente original natural se encuentra en las plantas. Así tenemos que la corteza de sauce blanco, abedul o fresno, la sumidad florida de ulmaria o el aceite esencial de gaulteria son ricos en este ácido. El inconveniente es que, para conseguir las dosis habituales en estética debemos utilizar extracto seco o concentrados de estas plantas.

Ácido glicólico

Se trata de uno de los ácidos de frutas (AHA, alfa-hidroxiácidos) más conocidos, puesto que es el de menor tamaño molecular y mayor capacidad de penetración en la piel. Se utiliza en cosmética por su capacidad exfoliante suave que disminuye el grosor del estrato córneo en la piel y contribuye a reducir las arrugas o líneas de expresión, cicatrices, manchas o estrías, a la vez que estimula la hidratación (formación de glicocosaminglicanos dérmicos) o la síntesis del colágeno en la piel.

Debido a su naturaleza ácida puede producir irritaciones con lo que se recomienda utilizarlo adecuadamente diluido.

Aunque se puede obtener de frutas y otras fuentes alimenticias por concentración, suele obtenerse por síntesis de laboratorio en la mayoría de los casos. Las fuentes naturales de ácido glicólico son el azúcar de caña molida, la remolacha, la piña, la papaya, las alcachofas y la uva. Utilizando estos alimentos en nuestras fórmulas para mascarillas o lociones permitirán un efecto suave.

Las fuentes vegetales contienen entre 0,45 a 7,4 mg de ácido glicólico por 100 g de materia fresca (Harris & Richardson, 1980). El té, el café, los zumos de frutas y jugos de diversas plantas pueden contener de 5 a 7 mg por 100 ml. Las fuentes animales son pobres en este ácido.

AHA (Alfa-hidroxiácidos)

También llamados ácidos de fruta.

Además del ácido glicólico ya comentado, en cosmética se utilizan otros hidroxiácidos como el ácido málico, ácido láctico, ácido cítrico o tartárico. Todos tienen una función exfoliante suave como el ácido glicólico.

Las fuentes naturales para cada uno:
Ácido glicólico: ver anterior.
Ácido láctico: yogur y kéfir.
Ácido málico: manzanas, moras, arándanos, grosellas, etc.
Ácido cítrico: frutas cítricas.

En cosmética convencional se utilizan en formulaciones o preparados con un mínimo de contenido del 3% de AHA, y se considera que son más eficaces en un pH bastante ácido (de 3 a 4). Pero las quejas por alergias e irritaciones son abundantes, además de aumentar la sensibilidad de la piel al sol.

Está claro que los AHA que encontramos en los productos naturales son menos irritativos porque coexisten con otras sustancias beneficiosas sinérgicas (polisacáridos varios, mucílagos, vitaminas, flavonoides, antocianos, etc.) y están en menor proporción, por lo que no hay el riesgo de quemar o irritar la piel. Pero también es cierto que su bajo contenido puede reducir la efectividad.

  • Zumo de manzana roja o tomates – 0,5 – 1 g/100 ml
  • Zumo de uvas – 0,3 g/100 ml
  • Zumo de pera – 0,4 g/100 ml
  • Zumo de bayas del bosque 0,3 a 1,6 g/100 ml
  • Otra fruta muy rica pero algo desconocida para la mayoría: membrillero chino  (Chaenomeles sp.) (5 g/100 ml de zumo).
  • También son fuentes buenas el vinagre de manzana, vinagres balsámicos y el vino tinto.

Es frecuente encontrar mascarillas caseras hidratantes o exfoliantes con estos ingredientes.

Alantoína

Este compuesto nitrogenado es una de las formas de excreción urinaria en algunos mamíferos (el ser humano, no), pero también abunda en plantas medicinales. Se llama también ureidohidantoína o glioxildiureido.

Se incluye en fórmulas cosméticas por sus propiedades reparadoras y cicatrizantes, ya que favorece la formación de epitelio, calma las irritaciones y restaura la piel. Se aplica sobretodo en heridas y úlceras, pero también favorece la en irritaciones o tratamientos para pieles sensibles o de regeneración de la piel.

La alantoína que se utiliza en la cosmética convencional no se obtiene de plantas. Podemos encontrar fuentes vegetales de alantoína en las siguientes drogas vegetales: corteza de castaño de Indias, consuelda, centella asiática, raíz de prunella vulgaris

Bea Lavado

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Los hidrolatos en cosmética natural

Los hidrolatos o aguas florales son un regalo para nuestra piel y para nuestro olfato. Si aprecias y disfrutas los aceites esenciales, seguro que adoras también los hidrolatos y las aguas florales.

Los hidrolatos son el subproducto de la obtención de aceites esenciales por destilación por arrastre al vapor de flores y plantas aromáticas. El destilado resultante está compuesto básicamente de agua y una capa fina de aceite esencial, que normalmente se separa y se vende aparte. Es decir, con una destilación, se obtienen dos productos: el aceite esencial por un lado y el hidrolato que contiene micro-partículas de aceite esencial en suspensión.

Las aguas florales o hidrolatos «alquímicos», son elaborados de forma artesanal con pequeños lotes de flores frescas y plantas aromáticas en pequeños alambiques de cobre. La diferencia en este caso, es que los aceites esenciales no son extraídos, con lo cual son mucho más concentrados y aromáticos. Al igual que los aceites esenciales, las aguas florales contienen las propiedades de las plantas destiladas, pero de una forma mucho más suave que los aceites esenciales puros, por lo que se pueden usar sin necesidad de dilución. Son ideales para usarlos como tónicos faciales, colonias, ambientadores o para perfumar la ropa (vaporizandolos ligeramente sobre almohadas o la ropa recién planchada). También puedes utilizarlos como una alternativa al agua destilada en tus recetas de cremas y lociones.

  • Hidrolato de caléndula: calmante, regenerador e hidratante.
  • Hidrolato de grosellero negro: antiinflamatorio, antirreumático y depurativo.
  • Hidrolato de hamamelis: astringente, antioxidante y cierra los poros dilatados.
  • Hidrolato de lavanda: regulador secreciones, calmante de la piel y antiinflamatorio. Para después del sol o quemaduras.
  • Hidrolato de menta: refrescante, desodorante y astringente. Para después del sol.
  • Hidrolato de pepino: refrescante, hidratante y suavizante.
  • Hidrolato de romero: astringente, tonificante muscular, de la piel y del cuero cabelludo. Para pieles flácidas.
  • Hidrolato de rosas: regulador seborreico, hidratante y calmante de la piel.
  • Hidrolato de salvia: regulador seborreico, desodorante, antioxidante y regenerador cutáneo.
  • Hidrolato de manzanilla: suavizante, descongestionante e hidratante

Bea Lavado

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El tesoro de las rosas

El aroma de las rosas aromáticas cambia según la especie y la variedad de cultivo, aunque todos tienen en común algo que nos hace reconocerlo y asociarlo a esta maravillosa flor.

El tesoro de las rosas

Los botánicos afirman que existen más de 5000 variedades de rosas, y sólo unas pocas son aromáticas. La mayoría de las rosas aromáticas son híbridos, es decir, han sido modificadas por la selección del ser humano.

Y, en concreto, sólo cuatro especies son cultivadas para la extracción del aceite esencial o esencia. Y estas son:

  • Rosa damascena
  • Rosa centiflolia
  • Rosa gallica
  • Rosa alba

La Rosa damascena, también llamada rosa búlgara, rosa turca o rosa de Damasco. Crece silvestre en Siria, Marruecos y Andalucía, aunque es un híbrido. Se cultiva especialmente en Turquía y Bulgaria. Es la rosa que más cantidad de aceite esencial contiene y el más apreciado y valioso. Su olor recuerda a las rosas del jardín.

La Rosa alba, también se conoce como la Rosa blanca. Se cultiva en Bulgaria. Tiene componentes menos volátiles, por lo que desprende un aroma más tenue y es menos apreciada que la anterior, sin embargo es muy resistente a condiciones ambientales duras.

La Rosa centifolia, también llamada rosa de mayo o rosa francesa porque se cultiva ampliamente en la región de Grasse (France), además de encontrarse en Marruecos. Dado su poco rendimiento en la destilación, su aroma se extrae por maceración en disolventes orgánicos para obtener un absoluto o un concreto.

El aroma de rosas

Los aceites esenciales y absolutos de rosa añaden profundidad y belleza a cualquier preparado cosmético, aromaterápico o de perfumería.

En perfumería, si realizamos perfumes con gran cantidad de alcohol, podemos usar el absoluto, pero para vehículos muy acuosos, mejor utilizar el aceite esencial. En general, el aroma de rosas puede suavizar los olores muy ácidos de los cítricos o disimular ligeramente los aromas sintéticos. También, si es aceite esencial puro, podemos utilizarla en la cocina para aromatizar macedonias, bebidas y licores.

Desde la Aromaterapia, sólo se recomienda el uso del aceite esencial puro, nunca el de los absolutos. Su uso terapéutico es muy interesante en las afecciones femeninas dado que se considera una esencia capaz de trabajar emociones muy íntimas relacionadas con la feminidad, la creatividad y la capacidad de amar. Además, es astringente, regulador endocrino y antiséptica, usándose con frecuencia en alteraciones del climaterio o del Síndrome Premenstrual. Su capacidad para aumentar la autoestima, la positividad y la alegría la hacen imprescindible en la terapia emocional para trabajar sobre la depresión, superar traumas, auyentar miedos o aliviar la tensión psíquica.

En cosmética se recomienda con mucha frecuencia por sus propiedades equilibrantes en todo tipo de piel. Permite hidratar, regenerar y descongestionar a la vez que regular la secreción sebácea, por ello, tanto la encontraremos en fórmulas antiarrugas, antiacné, contra la irritación cutáneas, etc. Y es que hay pocos aceites esenciales tan versátiles, que ofrezcan tanta suavidad y luz a la piel como la rosa.

La energía de la rosa

Desde muy antiguo se proponían baños de pétalos de rosa para limpiar el aura y eliminar «malas energías» de nuestro halo. Y es que la rosa es un limpiador que atrae el amor divino y la luz.

Su esencia se asocia al chackra del corazón, con lo que energéticamente trabaja sobre emociones relacionadas con el amor, los vínculos personales y la autoestima. Su aroma reconforta trayendo equilibrio sobre estas emociones. Debido a esto, se utiliza en casos de desamor, de odio, de rencores, de frigidez o ausencia de libido, de complejos de inferioridad, etc.

Como afrodisíaco, la rosa permite un ambiente de amor romántico y dulcemente apasionado

Bea Lavado

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Azúcar de caña

Extraída de la caña de azúcar, esta dulce sustancia tiene propiedades exfoliantes, limpiadoras y purificantes de la piel. Se utiliza como componente en cremas exfoliantes, limpiadoras y dentífricos.

Su contenido natural en ácido glicólico refuerza su acción exfoliante

Bea Lavado

 

 

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Alcoholes

ALCOHOL ETÍLICO

Etanol o Alcohol etílico: se puede usar alcoholes de graduaciones de 70 a 96ºC, que contienen una parte residual de agua.

Tiene una acción conservante, desinfectante, refrescante y tonificante de la piel. Se añade a lociones, tónicos post-afeitados, etc. El exceso produce deshidratación e irritación en la piel.

Además del alcohol etílico, podemos utilizar alcoholes de destilación de cereales como el coñac o el orujo, de menor graduación (hasta 50ºC) y más suaves. P. ej.: el coñac se ha visto un remedio eficaz para lociones anticaspa o anticaída, porque estimula las funciones del cuero cabelludo.

ALCOHOLES CEROSOS

Alcohol cetílico (Cetyl Alcohol): se trata de un alcohol ceroso derivado de los aceites de palma y de coco. Tiene una acción emoliente, lubricante y estabilizante.

Alcohol cetearílico o cetosterílico(Cetearyl Alcohol): se trata de un alcohol ceroso derivado del aceite de coco, combinación del ácido esteárico y el alcohol cetílico. Tiene una acción emoliente y emulsionante

Bea Lavado