Somos conscientes de que resulta bastante agotador y desesperante saber que tantos y tantos de esos productos que llevamos usando toda la vida como si nada son, en realidad, un verdadero peligro para nuestra salud, como por ejemplo, los maquillajes. Y lo peor de todo, al menos para nosotras, es despertar del engaño, ser conscientes de la enorme tomadura de pelo que supone sucumbir a la publicidad que, con semejante descaro, nos vende “veneno” para estar bellas.
Un poquito de aquí y un poquito de allá
En el último siglo se han creado miles de moléculas sintéticas que han sido lanzadas al mercado en todo tipo de productos, muchos de ellos sin estudios ni pruebas suficientemente rigurosas ni prolongadas en el tiempo como para saber con certeza que se trata de sustancias realmente seguras para el ser humano a largo plazo. De esta forma ha ido ocurriendo que, en un momento dado, determinada sustancia o producto se ha tenido que retirar urgentemente del mercado por haberse descubierto su potencial para envenenar o causar cáncer, etc. Y esto no ha ocurrido en el último siglo una vez, sino muchas.
En otras ocasiones, el potencial para envenenar no es una sorpresa; las agencias reguladoras y los organismos que (se supone) velan por nuestra salud y seguridad saben de antemano que los maquillajes (y tantos otros productos industriales) llevan sustancias que resultan tóxicas para el ser humano. Aún así, permiten su venta porque, en principio, se trata de dosis lo suficientemente pequeñas como para no causar daños en la salud. Pero… ¿Quién mide cuánto de esto y lo otro nos ponemos cada día? ¿Quién mide la cantidad de pequeñas cantidades de veneno que usamos cada día con el champú, las cremas, el maquillaje, los dentífricos, los alimentos procesados, los productos de limpieza y un larguísimo etc?
Las sustancias más tóxicas en los maquillajes
El verdadero peligro de los maquillajes reside en en las sustancias que los componen. Ya sea maquillaje en crema, polvos, coloretes, rímel, barras de labios y todo lo demás, todos estos productos, con los que se supone que vamos a estar mucho más guapas, se componen de:
Aceites Minerales derivados del petróleo
Prácticamente todos los productos en forma de crema o que tengan consistencia grasa (maquillajes en crema, barras de labios) están elaborados con aceites derivados del petróleo. Crean una película en la piel que da aspecto de hidratación pero que tapona el poro obstruyendo el sudor y la respiración celular e impidiendo la eliminación de toxinas. Además, quedan atrapados en el organismo puesto que nuestro cuerpo no puede metabolizarlos. Numerosas publicaciones relacionan estos aceites (especialmente el glicol propileno) con trastornos del hígado y el riñón, dermatitis, dolor de cabeza y trastornos de sistema nervioso. Un estudio publicado por la Universidad de Rochester también relaciona esta sustancia con anomalías genitales en bebés. Estos aceites los encontramos con el nombre de Parafina, Vaselina, Parafinum, Cyclopentasiloxane, Cyclomethicone, Dimethicone, Dimethiconol, Carbomer, Petrolatum, Cera Microcristallina, Ozokerite, Ceresin, Acrylamides, etc.
Ftalatos
Se les llama venenos medioambientales y se utilizan como disolventes y suavizantes. Se encuentran fácilmente en todo tipo de productos de cosmética y, en maquillajes, podemos encontrarlo en el maquillaje en crema, en lacas de uñas, etc. Para que te hagas una idea de su peligrosidad, la UE ha prohibido su uso en la fabricación de juguetes y productos para bebés susceptibles de ser introducidos en la boca. Numerosos estudios en universidades de todo el mundo han relacionado el uso de los ftalatos con cáncer, disfunciones endocrinas, daños en el ADN de reproducción masculina, malformaciones en el feto, etc. Lo encontramos con estas nomenclaturas: Dietilexiloftalato o DEHP, Butilbenziftalato o BBP, Dibutilftalato o DBP, Butildecilftalato o BDP, y un largo etc.
PEGs
PEG se refiere a Polietilenglicol, una mezcla de compuestos químicos que se usa como base detergente o emulsionante en numerosos productos de maquillaje de conocidas firmas. En principio, estas sustancias no son peligrosas por sí solas (aunque actualmente se encuentra bajo sospecha de ser cancerígeno). Su potencial de peligrosidad depende de los otros componentes del producto ya que tiene un gran poder de penetración en el torrente sanguíneo y junto con los PEG, entran otras sustancias tóxicas. Uno de los PEG más polares en todo tipo de productos cosméticos es el Sodium Laureth Sulfate, una sustancia que, según el Colegio Americano de Toxicología se acumula en el riñón, hígado y pulmones. Encontramos estas sustancias en las etiquetas cuando vemos PG + un número o cuando vemos el sufijo “TH” como Laureth.
Aluminio
Muy abundante, sobre todo, en barras de labios pero también presente en productos de maquillaje en forma de crema. Cada vez más voces expertas y estudios (incluyendo la OMS) relacionan el exceso de aluminio en todo tipo de productos con daños cerebrales, muy especialmente Alzheimer, ya que en las autopsias de personas con esta enfermedad suelen encontrarse cantidades excesivas de aluminio. Encontramos el aluminio como Aluminium Chlride, Aluminium Chlorhydrate, Aluminium Chlorithydrex, Aluminium Chlorohydrex PG, Aluminium Fluoride y otras nomenclaturas que empiezan por Aliminium.
Parabenes
Qué decir de este ya famoso conservante que saltó a la palestra cuando un estudio revelaba grandes cantidades de parabenes en biopsias hechas a mujeres con cáncer de mama. Los parabenes están presentes no solo en productos de maquillaje sino en todo tipo de productos incluso alimentarios. Se usan como conservantes y los encontramos en las etiquetas en palabras que acaban en “paraben” como Methilparaben o E-218, Propylparaben o E-216, Ethylparaben o E-214, Butylparaben o E-209, etc.
Phenoxietanol
Se trata de un peligroso conservante que llevan casi todos los maquillajes, especialmente los que lucen el famoso “libre de parabenes”. Resulta realmente indignante cómo nos toman el pelo, anunciando enormes letras luminosas que nos instan a usar un producto libre de una sustancias supuestamente peligrosa que contiene, a cambio, otra igual si no peor. La Agencia Nacional de Medicamentos y Productos Sanitarios de Francia ha alertado sobre estudios toxicológicos que confirman su efecto tóxico en la sangre y en el hígado.
Liberadores de formaldehído
Aunque el formaldehído es una sustancia aceptada como cancerígena y prohibida en productos de maquillaje y cosmética, se sigue permitiendo que los fabricantes usen otras sustancias que, sin ser formaldehído, lo liberan. El formaldehído y estas sustancias liberadoras se usan como poderosos conservantes. El formaldehído no solo causa cáncer sino que está relacionado con todo tipo de disfunciones en el organismo. Hay distintas formas de detectar el formaldehído en las etiquetas: Ingredientes que acompañan a la palabra “Urea” como Poliximetileno Urea, sustancias que llevan DM delante como DM hidantoína, Aldioxa, Quaternium-15, Bronopol, Bronosol y un largo etc.
Otros
Te hemos hablado de estas sustancias por mencionar algunas, pero la triste verdad es que el número de sustancias sospechosas de ser peligrosas y producir distintas disfunciones en el organismo (especialmente cáncer), son muchas. Por nombrar algunas: DEA, MEA, TEA, Fenol y Fenil (Nitrofheno, Phenolphthalein, Chlorophenol y otras terminaciones en Phenol y Phenil), Mercurio (Tiosalicilato de etilmercurio), 1.4 Dioxano, BHT, Tolueno, etc.
Colorantes… ¡Los peores!!
Los pigmentos son esas preciosas tonalidades que encontramos en cualquier tipo de producto de maquillaje, polvos, maquillaje en crema, sombras, colorete, etc. Bien, pues esos fabuloso pigmentos que nos dan color, son precisamente lo peorcito de los maquillajes, que merecen mención aparte.
Los peligrosos colores en el maquillaje
Los colorantes y pigmentos usados en todo tipo de productos (no solo el maquillaje) son una de las sustancias con más diferencias en las legislaciones de todo el mundo. En los países nórdicos (ejemplo de muchas otras cuestiones según nuestro criterio) están prácticamente prohibidos mientras que en el Reino Unido están permitidos prácticamente todos los que en otros países se han prohibido. Las diferencias son notables no solo en Europa sino también en USA o Canadá con respecto a los distintos tipos de colorantes.
Existen dos tipos de colorantes:
- Pigmentos naturales: Provienen de metales y minerales y aunque alguno puede contener metales pesados, la mayoría de ellos son, en general, inocuos. Sin embargo, son bastante más complicados de usar e introducir en los productos que los colorantes artificiales y costosos de extraer.
- Pigmentos sintéticos: Son los pigmentos creados en el laboratorio y, como siempre, más fáciles de usar, más duraderos, más baratos y… constantemente en el punto de mira por sus potenciales peligros en la salud!! Dentro de este grupo de pigmentos artificiales, los más cuestionados son los colorantes azóicos, un tipo de colorante muy usado sospechosos de producir cáncer en pruebas con animales.
Detectar los colorantes azóicos
Los colorantes azóicos se fabrican usando hidrocarburos (sustancias derivadas del petróleo constantemente relacionadas con el cáncer). A la hora de detectar estos colorantes en las etiquetas, conviene tener en cuenta lo siguiente:
INCI: El INCI es un listado internacional de nomenclaturas con las que se definen las sustancias usadas en los productos de higiene y cosmética que aparecen en las etiquetas. En el INCI, los colorantes se encuentran con las siglas CI seguidas de un número. CI significa Color Index y el número hace referencia al colorante o pigmento específico al que se refiere.
Colorantes azóicos: podemos encontrarlos en las etiquetas en palabras que terminan en -anilin o –anilid y colores que empiezan por HC, Acid, Pigment o Solvent. No obstante, este tipo de colorante es difícil de detectar, ya que lo normal es encontrar en la etiqueta el CI seguido del número de referencia y para poder evitarlo, tendríamos que saber de memoria los que corresponden a los colorantes azóicos.
Fuente: VidaNaturalia