Este jabón es uno de mis preferidos. Es suave, cremoso y muy espumoso. Es perfecto en estos tiempos que andamos todo el día lavándonos las manos por el tema de la COVID, y la piel tiende a secarse y necesita mucha nutrición.
En esta ocasión os explico cómo elaborarlo con el método de saponificación en caliente (ver métodos de elaboración de jabones aquí). La ventaja de este método es que con la cocción, el proceso de saponificación se completa, por lo que una vez frío ya podemos usarlo y no es necesario curar el jabón (dejarlo en reposo durante 4-6 semanas para que se complete el proceso).
A la manteca de karité se le atribuyen propiedades regeneradoras, hidratantes, nutritivas… En los jabones aporta dureza y acondicionado. La riqueza del karité está en los insaponificables (aproximadamente un 7%) con sustancias ricas en antioxidantes como tocoferoles (vitamina E). Los jabones hechos con manteca de karité son cremosos e hidratantes.
¿Qué necesitamos?
Aceites base:
- 260 g aceite de oliva virgen
- 55 g aceite de coco
- 10 g cera de abejas
Para la lejía:
- 44 g sosa cáustica
- 112 g agua destilada
En la traza:
- 10 g manteca de karité (si no tienes manteca de karité, puedes substituirla por otra manteca o aceite vegetal: cacao, almendras, jojoba, aguacate…)
Antes de enmoldar:
- 1 cucharadita de aceite esencial (en mi caso he puesto AE de lavanda)
¿Cómo lo hacemos?
Lo primero, sobre todo si no tienes mucha experiencia en elaborar jabones con sosa, revisa las medidas de seguridad.
- Pesamos y preparamos los ingredientes y materiales que vamos a necesitar
- Ponemos en la olla de cocción lenta* el aceite de oliva virgen, el aceite de coco y la cera de abejas. Lo calentamos hasta que la cera de abejas se haya fundido.
- Mientras tanto, preparamos la lejía, vertiendo con cuidado la sosa sobre el agua. Removemos y esperamos hasta que esté transparente (ver video sobre cómo preparar la lejía)
- Cuando los aceites ya están listos, añadimos la lejía al los aceites, con cuidado de no salpicar. Removemos con una cuchara de acero inoxidable.
- Batimos a baja potencia hasta que trace (consistencia como de natillas)
- Añadimos la manteca de karité, batimos. Tapamos la olla y dejamos cocer a baja temperatura. Al cabo de 15-30 minutos veremos que la pasta se hincha (fase “volcán”). Removemos con una cuchara para que no rebose la olla.
- Tapamos y seguimos cociendo hasta que observemos que la pasta empieza a ser brillante, como gelificada (fase gel). Cuando el jabón tiene este aspecto es que ya ha cocido suficiente.
- Comprobamos el pH. Debe estar alrededor de 8.
- Añadimos 1 cucharada sopera de yogurt (nos ayudará fluidificar la masa y ajustará el pH del jabón un poco).
- Añadimos una cucharadita de aceite esencial. Removemos y enmoldamos.
- Dejamos que se enfríe y desmoldamos.
- Listo para usar!
* Para este tipo de jabones va muy bien la olla de cocción lenta (ejemplo). Si no tienes, puedes cocer la pasta de jabón al baño maría.
Mercè Castells
Autora del Manual de Cosmética Natural DIY y tutora de los cursos online:
Me encantan estos tutoriales para una novata como yo son de gran ayuda,quería preguntar si no tengo olla de cocción lenta se podría hacer al baño María?,gracias por compartir
Si, por supuesto!
muy buenas recetas es mi pasatiempo favorito tengo 83 años y disfruto haciendo sus recetas muy bien explicadas no soy experta en internet solo busco recetas