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El peligro de los desodorantes y antitranspirantes

El peligro de los desodorantes y antitranspirantes

El uso continuado de desodorantes y antitranspirantes industriales está relacionado con cáncer de mama, Alzheimer y otras dolencias gracias a la toxicidad de algunos de sus componentes como el aluminio, el triclosán o los parabenos.

Dentro de la infinita gama de productos tóxicos que nos rodean por todas partes, los desodorantes y los antitranspirantes son particularmente indeseables por las sospechas que, desde hace años, se tienen sobre su influencia en el cáncer de mama y el Alzheimer, entre otras dolencias.

Revisemos algunas cuestiones importantes sobre los desodorantes y los antitranspirantes para saber qué son exactamente, qué contienen y qué hacen en el organismo. Pero antes, echemos un vistazo al sinsentido de “limpiarnos” con productos nevenosos impidiendo necesidades fisiológicas esenciales.

Sudar es normal, saludable y necesario

Sudar es una necesidad fisiológica esencial para que nuestro organismo pueda eliminar toxinas y mantener buenos niveles de hidratación, temperatura corporal y PH. Es increíble cómo la industria ha conseguido, a golpe de anuncio, convencernos de algunas cuestiones completamente absurdas, innecesarias y, en muchos casos, aberrantes. Por ejemplo, nos ha convencido de que nuestros fluidos corporales son algo sucio que debe ser ocultado, ignorado, camuflado y detestado cuando, la pura verdad, es que esos fluidos corporales son permiten seguir vivos y tener salud. La menstruación no es nada que deba esconderse y el sudor no es nada que deba impedirse. Al contrario, sudar es esencial!

Es más, oler mal no es un pecado… ¡Es humano! Parece que oler levemente mal es una auténtica atrocidad social mientras que nuestra sociedad comete verdaderas atrocidades medioambientales cada día sin repercusión alguna. Así que, un poquito de coherencia, por favor. Nadie sensato gusta de molestar a los demás con su mal olor, pero oler levemente a última hora de la tarde, cuando hemos estado trabajando un montón de horas, es normal y humano. Lo que no es normal es intoxicar mi cuerpo solo por no molestar, o pretender cuidar mi higiene con sustancias venenosas.

Las diferencias entre desodorante y antitranspirante

Tanto los desodorantes como los antitranspirantes están ideados para camuflar y evitar el sudor y el mal olor. Es importante resaltar en este punto que el sudor en sí no huele a nada. El mal olor se produce cuando las bacterias fermentan el sudor. Para evitar este proceso biológico, tanto los desodorantes como los antitranspirantes contienen dos tipos de sustancias comunes:

  • Bactericidas: Sustancias que evitan la proliferación de bacterias para que no se produzca la fermentación del sudor. Esto, en principio, parece una buena idea. El problema como siempre al alterar los mecanismos naturales de la vida, es que acaba pasando factura. Como veremos más adelante, las sustancias sintéticas utilizadas con fines bactericidas también tienen sus efectos sobre la salud.
  • Perfumes sintéticos: Los perfumes sirven, obviamente para camuflar el olor. De nuevo, oler bien no tiene nada de malo, si esa fragancia fuese natural e inofensiva. El problema es que los perfumes sintéticos que se suelen utilizar en los productos industriales (bastante más económicos en la producción que los aceites esenciales naturales), son sospechosos de producir alergias de todo tipo, dermatitis, eccemas y otras dolencias mayores.

Como veis, ambos productos contienen elementos nada deseables. Pero es que el antitranspirante lleva un tercer elemento que lo convierte en un producto mucho más peligroso: el aluminio.

El aluminio en el antitranspirante se usa para taponar el poro e impedir la sudoración. ¡Una auténtica aberración! Para empezar y como decíamos antes, sudar es una necesidad fisiológica. Taponar el poro hace que las toxinas queden atrapadas en el interior del organismo… ¡Menuda necedad guardar dentro de mi cuerpo la suciedad con tal de que nadie la vea! Si una persona sufre excesiva sudoración, entonces lo sensato es averiguar qué está ocurriendo en el interior del cuerpo y ponerle solución a través de prácticas saludables (alimentación, ejercicio, descanso, serenidad), no obviar el verdadero problema y empeorarlo todavía más acumulando en el interior del organismo aquello que el cuerpo trata de expulsar desesperadamente.

Pero lo peor de todo es que el Aluminio viene siendo gran objeto de investigación en numerosos estudios científicos desde los años 80 por su potencial para desarrollar Alheimer (en las autopsias de personas con Alheimer se encuentran grandes cantidades de aluminio en el cerebro). También es sospechoso de generar, junto con otras lindezas que llevan los desodorantes y antitranspirantes (triclosán, parabenos, PEGs, etc), cáncer de mama, por su proximidad con la axila.

Ingredientes y su efecto en la salud

Como hemos visto, ambos productos contienen ingredientes similares; la única diferencia es que el antitranspirante, además, lleva aluminio. Queremos aclarar que cuando decimos que una sustancia es “sospechosa”  de producir algo, es porque existen estudios clínicos o científicos que lo confirman pero que todavía no se han declarado “oficiales”, cosa que, en la mayoría de los casos, hasta que no ocurre una hecatombe o los medios de comunicación se hacen eco, no ocurre.

  • Sales de aluminio
    Ya en los años 80 la revista “The Lancet” manifestaba su preocupación por el creciente aumento (un 50%) de Alzheimer en las poblaciones británicas donde había más aluminio en el agua. Se sabe que el aluminio es neurotóxico y puede estar presente no solo en los antitranspirantes, sino en el agua corriente, en el aire, en algunos alimentos, en el tabaco, etc. Como decíamos, en el tejido cerebral de las personas con Alheimer se encuentran grandes cantidades de aluminio. Asimismo, numerosos estudios como el de la Universidad de Reading del Reino Unido (entre otros muchos), señalaba la mayor incidencia de cáncer en la zona próxima a la axila y una concentración muy superior (25%) de aluminio en esa zona. Además, el aluminio es sospechoso de producir disfunciones endocrinas.
  • Triclosán
    El triclosán es una de las sustancias químicas más usadas en desodorantes y antitranspirantes. Un estudio publicado por la revista Environmental Health Perspectives y realizado por la Universidad de California Davis, confirma los efectos negativos del Triclosán en el desarrollo del cerebro. Otro estudio publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences asegura que su uso puede acarrear graves problemas a largo plazo y lo asocia con daños en el hígado y con una mayor incidencia de cáncer. Los supermercados Eroski decidieron eliminar esta sustancia de sus productos junto con los parabenos.
  • Parabenos
    Loss parabenos son bactericidas que se usan como conservantes para alargar la vida de cientos de productos de cosmética, higiene o incluso alimentación. La alarma sonó cuando un estudio realizado en Inglaterra y publicado por la revista Journal of Applied Toxicology con mujeres afectadas de cáncer de mama, reveló restos de parabenos procedentes de desodorantes y antitranspirantes en el 90% de las biopsias. Se ha relacionado esta sustancia con todo tipo de disfunciones hormonales.
  • Ftalatos
    También usados en desodorantes y antitranspirantes por su función como disolventes. Se les llama “venenos medioambientales” y se ha relacionado su uso con disfunciones hormonales, daños en el ADN de reproducción masculina y malformaciones en el feto.
  • PEG
    Usados como emulsionantes, el Colegio Americano de Toxicología asegura que estos ingredientes se acumulan en los tejidos del corazón, hígado, riñones y cerebro.

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