Este jabón nos servirá como base para elaborar jabones o geles faciales y corporales, así como champús de tipo suave y delicado.
Ingredientes para 1 L
Fase A
Agua destilada 444 ml
Fase B
Tensioactivo Pompadolsa 500 ml
Tensioactivo Sucrecoco 50 ml
Fase C
Conservante 6 g de Sharomix
Elaboración:
Ponemos el agua en un recipiente (fase A).
Mezclamos todos los ingredientes de la fase B en otro, con cuidado para no espumar.
Añadir poco a poco la fase A a la fase B mezclando delicadamente.
Finalmente, añadir el conservante y mezclar delicadamente.
Envasar y dejar reposar 24 horas para evaluar la consistencia final.
Conservación: de 3 a 6 meses según condiciones de higiene en la elaboración y del tipo de conservante.
Aromas: podemos añadir del 0,5 al 1% en aceites esenciales.
Densidad: se puede espesar añadiendo goma xantana transparente (Redoma Creativa). La goma xantana es imcompatible con algunas tinturas o extractos, como por ejemplo la semilla de pomelo.
Lo que hoy conocemos como “glicerina” (INCI: Glycerin) es una substancia dulce y viscosa que fué descubierta de forma accidental en 1783 por el químico sueco Wilhelm Scheele. La glicerina atrae la humedad y como descubrió Michel Eugène Chevreul en 1823, es un subproducto del proceso de saponificación.
La glicerina es un alcohol, de sabor dulce, transparente y con una textura muy viscosa. Se obtiene mediante la saponificación de grasas animales y aceites vegetales, como un subproducto de la fabricación del jabón. La glicerina pura contiene un 99% de glicerol.
Es una sustancia higroscópica, capaz de retener y liberar agua en función de la humedad relativa del ambiente. En climas secos absorbe la humedad de la piel, pudiendo causar deshidratación (irritación o incluso ampollas). Por eso nunca debe aplicarse directamente sobre la piel. En climas húmedos absorbe la humedad del aire, por lo que la piel puede hincharse mucho.
En cosmética se añade en la fase acuosa de las preparaciones (entre un 1% y un 10%) por su capacidad humectante. Mejora la hidratación de la piel y el cabello, proporcionando un efecto protector contra la deshidratación.
Es soluble en agua y alcohol, pero no en aceite.
Se utiliza también como solvente en extractos hidroglicerinados y en la elaboración de jabones transparentes de glicerina (“melt&pour” o jabones de fundir y verter).
La glicerina en los jabones
En la elaboración de jabones naturales la glicerina permanece en el jabón (ya sea pastilla o jabón líquido) en una proporción de entre un 10% y un 13%. En la fabricación industrial de jabón, la glicerina es extraída y vendida aparte como materia de gran valor.
Existe también una glicerina sintética (propilenglicol) que es un derivado del propileno que es un producto derivado de la destilación del petróleo. No es difícil encontrar glicerina en las droguerías o tiendas de suministros de materiales cosméticos. Aunque la calidad de la glicerina no depende de que su origen haya sido vegetal, animal o sintético (co-producto de la fabricación de biodiesel), en la elaboración de cosméticos y la producción de jabones de calidad, se valora más la glicerina de origen vegetal.
Puede ser disuelta en agua o alcohol, pero no en aceites. Tiene la propiedad de absorber el agua del aire. Diluida en agua suaviza la piel.
La glicerina se utiliza también para fabricar jabones transparentes, que contienen alrededor de un 15%-20% de glicerina pura.
Si nos referimos a jabones sólidos, a nivel internacional son conocidos como “Melt & Pour soaps” (jabones de fundir y verter). Son muy fáciles de hacer por lo que son ideales para hacerlos con niños. Funden alrededor de 57ªC y solidifican muy rápido. Como tienen un alto contenido en glicerina, son muy hidratantes para la piel. Sin embargo, se disuelven más rápidamente en agua que los otros tipos de jabón y por lo tanto duran menos. Una pastilla de jabón artesanal de glicerina expuesta al aire atraerá la humedad del ambiente y formará “perlitas de agua” en su superficie.
Los jabones de glicerina son especialmente beneficiosos para pieles sensibles como la de los niños.
Sin lejía no hay jabón, pero… no hay lejía en el jabón!
Cuando hablamos de lejía, los principiantes se asustan un poco “¿lejía? Pero si es tóxica!”. Y nos viene a la mente el recuerdo de nuestras abuelas con las manos enrojecidas por el uso de jabón.
Pero si has usado alguna vez un jabón natural sabes que es suave e hidratante. Si se utiliza lejía para hacer el jabón,¿cómo es posible que ese jabón sea tan bueno para la piel? Parece una contradicción ¿verdad?.
Ciertamente la lejía estaba, pero cuando ha terminado el proceso de saponificación, la lejía ya no está.
Parece mágico, pero en realidad no es más que un proceso químico. Cuando combinamos el aceite con la lejía, ésta se transforma y desaparece durante el proceso de saponificación. La reacción química que llamamos “saponificación“transforma elaceitey lejíaen jabón (aprox 90%) y glicerina (aprox.10%).
Eljabónlimpia la pielylaglicerina que es un humectante, atraela humedad del airesobre la piel, ayudando a mantenerlahidrataday flexible.Así queno tengas miedo a elaborar y usar tu propio jabón y disfruta de todos sus beneficios
A veces mis alumnas me dicen “…pero el jabón que compro en la tienda no tiene lejía.” Y es cierto, ya no tiene lejía, porqué ha desaparecido después del proceso de saponificación.
Para elaborar jabones naturales, saponificamos grasas con un álcali, que puede ser sosa cáustica o potasa. Si has hecho jabones por el método de saponificación en frío con sosa cáustica, lo primero que debes de tener en cuenta es que el proceso de hacer jabones líquidos es diferente del proceso de hacer jabones sólidos.
Veamos las principales diferencias:
Tipo de álcali
Para hacer jabones líquidos usamos potasa – KOH.
Cuando combinamos ácidos grasos con sosa cáustica (NaOH), la sosa cristaliza y forma una pastilla de jabón sólida. Cuando hacemos lo mismo con potasa cáustica (KOH), la potasa no cristaliza, y queda una masa de jabón pastosa, que es soluble en agua.
Tipo de elaboración: en frío o caliente
Una vez hemos conseguido la traza, cocemos la pasta de jabón hasta que toda la lejía se neutraliza. La ventaja del proceso en caliente es que puedes usarlo al dia siguiente (no tienes que esperar unas semanas a que cure).
Sobreengrasado
No sobreengrasamos el jabón, porqué el aceite no saponificado flotará en nuestro jabón líquido (el jabón líquido tiene mucha agua, el aceite y el agua no se mezclan y como el aceite es más espeso que el agua flotará). El aceite de ricino sulfatado es el único aceite que puede disolverse en agua, por lo que es el único con el que podremos sobreengrasar (si queremos hacerlo, aunque no es necesario). Hay un tipo de manteca de karité modificada que es también hidrosoluble (INCI: Butyrospermum parkii, PEG-10 Olive Glycerides)
Calculadoras de saponificación
Las calculadoras de saponificación se usan de forma diferente ya que la potasa nunca es pura. Como no podemos sobreengrasar, hay menos margen de error en las fórmulas, ya que demasiada potasa hará que sea un jabón muy alcalino (pH demasiado alto) y tendremos que neutralizarlo. Si por el contrario ponemos menos potasa de la necesaria, no saponificaremos todos los aceites y nos quedará un jabón aceitoso, con aceite flotando en la superficie. Por otra parte, la potasa es siempre mucho menos pura que la sosa cáustica, por lo que en el caso de la elaboración de jabones líquidos la necesidad de disponer de una buena fórmula es especialmente importante.
Aceite de coco
Para obtener jabones líquidos con mucha espuma (especialmente si donde vivimos el agua es más bien dura) necesitaremos más aceite de coco del que usaríamos normalmente en las fórmulas de jabones con sosa cáustica. Es decir si en los jabones sólidos lo recomendable es usar un máximo del 25% del total de los aceites, en el caso de los jabones líquidos podemos usar proporciones mucho mayores (por ej. 40-45% del total de los aceites).
Consistencia
Los jabones naturales líquidos elaborados con potasa son líquidos (acuosos). Es decir, la consistencia es más acuosa que la de los jabones “liquidos” que compramos en las tiendas (que en su mayor parte no son jabones naturales sino detergentes, a los que se les ha añadido gelificantes y espesantes, entre otras cosas…). Los aceites que contribuyen a crear pastillas más duras en los jabones elaborados con sosa cáustica (como por ej. el aceite de palma o el sebo), no son necesarios en las fórmulas de jabones líquidos ya que la “dureza” no es un factor importante en este tipo de jabones.
Agua
Para disolver la potasa, en los jabones líquidos se pone más agua que en los jabones sólidos (la medida standard es multiplicar la potasa por 3). Esto se hace sobre todo porqué durante el proceso de cocción de la base de jabón se produce evaporación de agua.
Aquí tienes la receta para hacer tu propio insecticida casero y ecológico para las plantas de tu huerto y de tu jardín.
Es económico, inócuo, respetuoso con el medioambiente, selectivo (los insecticidas tradicionales, la mayoría de amplio espectro, aniquilan tanto la plaga como los insectos beneficiosos que son aquellos que nos ayudan a mantener a raya las poblaciones de plagas, ayudando a un equilibrio ecológico, biológico y medioambiental), no desarrolla resistencias, biodegradable y de fácil aplicación…. ¿se puede pedir más?
Efectivo contra insectos (mosca blanca. pulgones, ácaros, cochinillas, araña roja, trips, etc…), hongos, nematodos y bacterias.
Ingredientes por litro:
1 litro de agua de lluvia (o osmotizada)
2 cucharadas de postre de Jabón Potásico
2-4 dientes de ajo
Las peladuras de cebollas que vayamos a tirar a la basura.
Puñado de mezcla de Hierbas aromáticas que tengamos a mano (Tomillo, Albahaca, Romero y Espliego)
En este video nos enseñan a hacer una esponja para usar una pastilla de jabón en la ducha o el baño. Puedes usar una pastilla nueva o varios restos de pastillas a la vez…
Es muy suave y agradable de usar. Además si lo rellenas con un jabón natural puede ser un regalito perfecto para estas Navidades!
Hacer jabón en casa es divertido, es gratificante, es útil, es económico y es ecológico.
En España dos tercios del aceite usado de freír acaba en las alcantarillas. Un solo litro de aceite usado que se vierte por los desagües contamina 1.000 litros de agua de ríos, mares y océanos. Una vez allí forma una película que impide o dificulta la oxigenación y destruye peces y plantas acuáticas.
Muchas son las recetas del jabón artesano elaborado a partir de grasas y aceites. Posiblemente tantas como personas lo hayan visto hacer a sus abuelas o sus madres. Sus sencillos ingredientes no son ningún secreto: agua, aceite o grasas y sosa (caústica o de potasa). Por lo demás, hacer jabón es como cocinar: se pesan los ingredientes, se mezclan, se calientan y se vierten en recipientes o moldes.
Hacer tu propio limpiacristales es fácil, económico y ecológico. Aquí tienes algunas recetas que funcionan la mar de bien 🙂
Lo único que tienes que hacer es mezclar los ingredientes y envasar en un envase (reciclado) con spray.
Receta 1:
2 tazas de agua
3 cucharadas sopera de vinagre blanco
1/2 cucharada sopera de jabón líquido
Receta 2:
4 litros de agua caliente
2 cucharadas soperas de maizena (harina de maíz)
1/2 taza de amoníaco perfumado
1/2 taza de vinagre blanco
Receta 3:
2 tazas de alcohol
4 litros de agua
1/2 taza de amoníaco perfumado
1 cucharada sopera de detergente líquido
Consejos:
Rocía el cristal con tu limpiacristales y luego seca con papeles de periódicos viejos o bayetas de microfibras
Evita limpiar los cristales cuando les da el sol, ya que se seca demasiado rápido y quedan manchas.
Limpia un lado de la ventana en el sentido de arriba abajo (verticalmente), y la otra cara de la ventana en sentido horizontal. Si te quedan manchas, será fácil identificar qué lado de la ventana tienes que repasar.
Usamos cookies propias con finalidad funcional y cookies de terceros (tipo Analytics) para conocer hábitos de navegación y dar mejor servicio de información. Al pulsar “Aceptar”, consientes en el uso de las cookies de este sitio web.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por esta web.Las cookies que se clasifican como necesarias se almacenan en tu navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funcionalidades básicas de la web.También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utilizas esta web.Estas cookies se almacenarán en tu navegador solo con tu consentimiento.También tienes la opción de optar por no recibir estas cookies.Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar tu experiencia de navegación. Más información aquí.
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
Las cookies que pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos personales del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados se denominan cookies no necesarias. Es obligatorio obtener el consentimiento del usuario antes de ejecutar estas cookies en su sitio web.