El consumo de alimentos contaminados por contacto con envases, latas o recipientes de plástico que liberan bisfenol A produce graves efectos tóxicos. Descubre qué envases de plástico son más aptos para el microondas
El bisfenol-A ha sido usado abundantemente en la fabricación de plásticos desde hace más de cincuenta años, lo que ha producido una continua exposición de la población a esta sustancia tóxica, sobre todo en los países desarrollados. Este compuesto orgánico peligroso para nuestra salud causa desequilibrios en el sistema hormonal a concentraciones muy bajas.
Aunque afecta a todas las edades, los bebés son los más perjudicados por la exposición al bisfenol A, pues el sistema hormonal afecta intensamente a su desarrollo embrionario. Esta gravísima exposición tiene lugar a través del cordón umbilical o de la leche materna, que transmite todas las hormonas acumuladas en el cuerpo de la madre. El 1 de junio de 2011, la Unión Europea prohibió la venta de biberones de plástico que lleven el componente Bisfenol A advirtiendo de sus posibles efectos perjudiciales para la salud.

Cómo evitar la exposición al bisfenol A
Para proteger nuestra salud de sustancias tóxicas lo más recomendable es utilizar siempre envases de vidrio en la cocina para almacenar, conservar y calentar los alimentos.
En el caso de los envases de plástico, según Neus Fabregat Cabello de la Universitat Jaume I, para evitar su exposición al bisfenol A al calentar los alimentos en el microondas, sólo hay que entender el código que estos recipientes llevan impreso en su base .
Este código se encuentra en el interior de un triángulo formado con tres flechas y consiste en una numeración del 1 al 7. Así, los plásticos más seguros para calentar en microondas son los de tipo 2, 4 y 5. Estos recipientes nunca se deben calentar con su tapadera, pues esta suele tener una composición distinta.
Fabregat Cabello señala que:
Hay que evitar al máximo los envases que tengan impreso el 7, ya que este dígito hace referencia al grupo de otros plásticos, que pueden desprender bisfenol A, sustancia que se ha demostrado que puede provocar, entre otros efectos, esterilidad, disminución de la producción de testosterona e incluso cáncer de próstata.
Además, también nos advierte de que no debemos reutilizar las botellas de plástico con el código 1, pues liberan sustancias nocivas con el uso.
Efectos del bisfenol A
El bisfenol A es un disruptor endocrino que, aún a dosis muy bajas, interfiere en nuestro sistema hormonal, causando alteraciones en el sistema endocrino y en la producción de hormonas.
- Efectos sobre el aparato reproductor. En hombres, produce un descenso de los niveles de esperma, de la testosterona y en general, de la fertilidad masculina. En mujeres, disminuye la calidad y cantidad de ovocitos, tiene efectos negativos sobre el endometrio, produce ovarios poliquísticos, abortos y partos prematuros.
- Efectos sobre el metabolismo, como aumento del peso o la aparición de diabetes mellitus tipo II.
- Efectos sobre el sistema cardiovascular, con el aumento de enfermedades cardíacas e hipertensión.
- Efectos sobre el cerebro y la conducta, como hiperactividad, aumento de la agresividad, aumento a la susceptibilidad de sustancias adictógenas y problemas tanto en el aprendizaje como en la memoria.
- Efectos carcinogénicos. El bisfenol A puede desarrollar efectos mutagénicos y teratogénicos, como cáncer de próstata y cáncer de mama.
Como vemos, los efectos del bisfenol A son considerables, por lo que merece la pena prestar atención a nuestros recipientes de plásticos y elegir los más saludables.
Pero si nos preocupa nuestra salud, esto no es suficiente. En nuestro entorno diario existen otros tóxicos perjudiciales que amenazan directamente nuestra salud, como demuestran numerosos estudios. Sólo conociendo cuáles son, detectándolos y eligiendo sustitutos naturales podemos protegernos de estas sustancias peligrosas. Por ejemplo, en alimentación debemos evitar el aspartamo y los transgénicos; en cosmética, si somos conscientes de los peligros de la cosmética industrial, no olvidaremos leer las etiquetas de cada producto de nuestra cesta de la compra para reconocer los ingredientes tóxicos presentes en los mismos; incluso en nuestro hogar debemos saber descartar los productos de limpieza del hogar que nos envenenan. Aunque, verdaderamente, no hay método más seguro que aprender a comprar productos ecológicos.
Si aplicamos en nuestra vida la alternativa natural, nuestra salud será la principal beneficiada. Pero además podremos ahorrar dinero, pues la alternativa ecológica y natural siempre es más barata que las grandes marcas industriales que nos rodean.
Autor | Vidanaturalia