Publicado el

¿Qué hay dentro de lo que nos comemos?

Lácteos y huevos

Hemos llegado a un punto en que es cuesta un poco descubrir qué hay dentro de lo que nos comemos.

Todo es tan falso y tan tramposo que nada es lo que parece. Un ejemplo. Confundimos los productos con fresa con engendros que tienen color fresa y que huelen a fresa. Pero vamos a entrar en su interior y conoceremos los detalles.

Cuando le damos un yogur de fresa a nuestros hijos, lo que en realidad le estamos dando es una pócima que huele a fresa. No porque lleve fresas, sino porque lleva un aromatizante químico cuya composición es: acetato de hexilo + acetato de etilo + hidroxilfenilbutan + hidroxidimetilfuran + alcohol bencílico, denominado legalmente  “aroma natural de fresa”.

Al mismo tiempo, esta pócima tiene color fresa porque lleva el colorante E-120 que se obtiene del aplastamiento de un insecto (la cochinilla), parásito de algunos cactus.  Este colorante E-120, también denominado carmín, ácido carmínico, o rojo natural 004, está presente en multitud de productos alimentarios: yogures, helados, golosinas, bebidas, pastelitos, embutidos, carne fresca o cualquier cosa que tenga color rosa o rojo. A menudo es presentado como “colorante natural”, ya que no se trata de una sustancia química fabricada en un laboratorio, sino de un animal perteneciente a la propia naturaleza: la cochinilla es el insecto Dactylopius coccus.

Por eso es importante informarnos para saber qué es lo que estamos comiendo en realidad.

Cada vez somos más los que leemos las etiquetas y preferimos consumir productos orgánicos y alimentos bio, como los que encontramos en tiendas de dietética o en supermercados ecológicos como Supersano, donde encontramos panadería (sin conservantes, colorantes ni transgénicos), frutas y verduras (sin herbicidas, pesticidas ni fertilizantes químicos), lácteos y huevos (sin piensos artificiales ni residuos industriales), carne y embutidos (sin antibióticos ni hormonas de crecimiento), etc, etc, etc…

Y es que cuando consumimos productos orgánicos estamos comiendo alimentos auténticos, sin trucos, sin engañosos colorantes artificiales, sin tramposos aromas químicos.

Guardar

Guardar